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Día de muertos en Morelia

Más vivos que nunca
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Creo que ya muchas veces le he hablado de Grace, una amiga que me ha acompañado en muchas aventuras, una amiga que sonríe siempre y que me ha enseñado a sonreír con ella. Bueno pues esa misma me invitó junto con Edi, la Rubia y Jorge a pasar el fin de semana de día de muertos en Michoacán, a visitar a sus papás (quienes por cierto son increíbles), a montar sus caballos, y a comer toda la comida del mundo. 
Con mucho cansancio nos fuimos el viernes por la noche renunciando a toda fiesta de disfraces que pudiéramos tener y llegamos, por ahí de la 1 de la mañana a disfrutar de un gran viaje. 
Primero desayunamos delicioso, conocimos a Garboso, El Portugués y otro caballo que no recuerdo su nombre, y nos encaminamos a la Presa de Cointzio en donde hicimos unas coronas de cempasúchil directo al cabello con miles de pasadores porque no teníamos ninguna otra herramienta para hacer el DIY que todos conocen. Para sorpresa de nuestros amigos, Grace y yo podemos colgarnos hasta el molcajete en la cabeza y ¡no se nos cae! 
Después fuimos a comer frente al lago de Zirahuen y disfrutamos de una vista maravillosa, pensé que ningún país que he tenido la fortuna de visitar le llega ni tantito a los talones a México, país en donde carretera tras carretera, pueblo tras pueblo, te encuentras esas maravillas que otros idolatran en las grandes ciudades o playas conocidas del mundo. Nosotros, afortunadamente, no tenemos que ir muy lejos. 
Ya llenitos de quesadillas nos bajamos al muelle en donde hay unas cabañas hermosas que si tienen oportunidad, deberían visitar. Ahí tomé las fotitos que ven abajo, mi look es my sencillo y por Dios que dió la casualidad que mi suéter iba perfecto con las flores! jiji! (emoji de changuito con las manos en la boca) Edi me hizo favor de tomar las fotos :) y sí, ¡repetí el suéter del post anterior! (emoji del changuito con las manos en los ojos). 
De ahí corrimos a Pátzcuaro donde es la verdadera fiesta, lleno de ofrendas y gente feliz, quienes hicieron sus ofrendas las presentaban a los demás y explicaban por qué las habían hecho como las hicieron. Escuchamos, apreciamos todas las artesanías que no nos podemos comprar y fuimos a una mezcalería en donde tocaban la guitarra y cantaban, todos, me sentí muy afortunada. 
Finalmente, con todo el frío del mundo y la emoción nos fuimos a tomar una lancha para cruzar a la isla de Janitzio, en donde hay un panteón lleno de flores y un gran Morelos levantando el puño al cielo. Logramos llegar y logramos subir hasta los pies de Morelos. 
De milagro llegamos a Morelia, muertos de frío y sueño. Eran las seis de la mañana. 
El domingo fue de barbacoa, montar a caballo, y hacer un ritual con nuestros ancestros. 
Todo eso en un fin de semana. ¿Se imaginan? 
El suéter es de Bershka Online . El poncho negro es de Chiapas . 


2 comentarios:

  1. Jen! Me hubiera encantado verte por allá! Este fin de semana hice lo mismo con mi familia, y tienes muchísima razón, son vistas hermosas, que para tener el placer de verlas no necesitamos cruzar el mundo. Me encantan todos tus post, pero este en especial me gustó muchísimo <3 saludos hermosa.

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  2. Me encantaron las fotos y los looks! Qué divertido! http://www.thepaarblog.com/

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¡GRACIAS!